Thursday, March 31, 2011

si el subalterno hablara! (pero no lo dejan -o no le entienden)

Con toda la tradición de conspiraciones que las elites políticas maquinaron no resulta raro que hoy cualquier sugerencia de movilización campesina o de insurgencia de cualquier tipo no deja de tener ciertas dudas sobre quién está detrás de dichas insurrecciones. Esta lógica de la desconfianza en la capacidad de reacción y por ende, de recuperación de la conciencia (la expresión misma de “recuperación” como si el subalterno nunca la hubiese tenido) del subalterno evidencia el grado de permeabilidad en la estructura social de la “prosa de contrainsurgencia”. Se da por hecho de que la insurgencia siempre está influida y manipulada por la clase dominante, con lo cual me encuentro completamente en desacuerdo y me alineo con el grupo de estudios subalternos latinoamericanos cuando sostienen que el subalterno “no es pasivo” y que no necesariamente tiene que ser movilizado “desde arriba”. Viniendo de una región donde los levantamientos insurreccionales estaban la orden del ida, pude atestiguar en múltiples ocasiones como los campesinos se levantaban en contra del estado opresor.
Como lo sugiere el texto, los dos más grandes ejemplos del encuentro del subalterno con su conciencia, la Revolución Mexicana y la Cubana, son los modelos que ejemplifican el alcance de las elites y la continua resubalternizacion que ha afectado la historia político-social de los pueblos americanos. La ruptura propuesta por los grupos que se mencionan en el texto del grupo son una utopía que se renueva igualmente y que dejaría el espacio abierto para teorizar sobre el paralelismo entre ruptura y resubalternizacion. Me parece que pretender abrir brechas por las cuales el subalterno sea protagonista equivale a querer acabar con el consumismo sustituir al capitalismo por el otro sistema que igual no ha mostrado ser ideal.  De igual forma se está sugiriendo que el subalterno se enmarque dentro de una categoría que de nuevo lo encasilla y acorrala. Sería más apropiado abrir espacios de expresión y, no solo proveerle al subalterno de los medios de expresión y desmarcarlo de la categoría de objeto de estudio. Al ponerle bajo el microscopio, nos estamos distanciando de una categoría que no deja de ser una ficción pues, quien de nosotros se considera de elite? O quien se puede considerar subalterno? No pertenecemos a una clase subalterna dentro de la elite educada? No es esta la resubalternizacion que va paralela a la ruptura? Es el deseo de conocimiento lo que nos tiene estudiándonos a nosotros mismos o el afán por desmarcarnos de la categoría(a la que quisiéramos negar) que nos mueve a escalar dentro de la estructura académica elitista? Desafortunadamente el potencial humano a que el grupo latinoamericano alude no tiene cabida, al  menos no aun, dentro del sistema político y académico –que no son dos cosas puestas- de la nación pues están enmarcados en estructuras tradicionales aunque se proclame a gritos una nueva diversidad o pluralidad en los recintos y teatros democráticos.  

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